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La Espada del Destino - Andrzej Sapkowski

Título original: Miecz Przeznaczenia
Autor: Andrzej Sapkowski
Saga: Wiedźminie/Geralt de Rivia II
Año: 1992
Páginas: 256






Sinopsis:
La vida de un brujo cazador de monstruos no es fácil. Tan pronto puede uno tener que meterse hasta el cuello en un estercolero para eliminar a la bestia carroñera que amenaza la ciudad, intentado no atrapar una infección incurable, como se puede encontrar unido a la cacería de uno de los últimos dragones, en la que la cuestión no es si los cazadores conseguirán matar a la pobre bestia, sino qué pasará cuando tengan que repartirse el botín. Magos, príncipes, estarostas, voievodas, druidas, vexlings, dríadas, juglares y criaturas de todo pelaje pueblan esta tierra, enzarzados en conflictos de supervivencia, codicia y amor, y entre ellos avanza, solitario, el brujo Geralt de Rivia. 
Nos volvemos a encontrar, señor Brujo...
Este libro, al igual que su antecesor, está compuesto por varias historias. En este caso son 6, y he decidido hacer un breve comentario por cada uno. Creo que esta vez vale la pena hacerlo, porque las historias son diferentes y están un poco encadenadas, mejor y más sutilmente que el libro anterior.

Las fronteras de lo posible
Jaskier
Geralt cruza su camino con un hombre que se hace llamar Tres Grajos, acompañado por dos bellas luchadoras. El hombre parece interesado en saber si Geralt mata dragones, a lo cual el brujo contesta que no, mitad porque es peligroso, mitad porque su código no se lo permite. Cuando le pregunta qué opina de los dragones dorados, la respuesta es más contundente: los dragones dorados no existen.
Emprenden camino juntos hasta llegar a Wizima, donde se encuentran con el viejo amigo de Geralt, el trovador Jaskier. El les cuenta que la ciudad está cerrada porque el rey quiere matar a un dragón que fue visto hace poco en la ciudad. Geralt no está itneresado y quiere proseguir camino, pero se entera que entre los cazadores contratados se encuentra su gran amor: la hechicera Jennefer. Al enterarse de su presencia, se une a la partida de exterminadores.
Voy con ellos porque soy un golem sin voluntad propia. Porque soy un arbusto de estopa que el viento arrastra a lo largo del camino. ¿Adónde, dime, podría ir? Aquí por lo menos se han reunido algunos con los que tengo de qué hablar. Algunos que no cortan la conversación cuando me acerco. Algunos que, incluso si no les gusto, me lo dicen a la cara, no tirándome piedras por la espalda. Voy con ellos por la misma razón que fui contigo hasta la taberna de los almadieros. Porque todo me da igual. No hay ningún lugar al que podría querer dirigirme. No tengo meta que se halle al final del camino. 
Esquirlas de hielo
Geralt está con Jennefer en la ciudad, encargándose de los monstruos del basurero. Su relación no va muy bien, y para colmo ella parece estar acostándose con un viejo amigo, un hechicero que vive en la ciudad, llamado Istredd. Incapaz ella de decidir entre ambos, ambos machos tratarán de decidir a quién pertenece la hembra... mientras Geralt se sigue preguntando si realmente tiene sentimientos o es una ilusión, ya que los brujos no deberían sentir nada.
Sentimientos y su falta... dones que no se deben aceptar... Mentira y verdad. ¿Qué es la verdad? ¿La negación de la mentira? ¿O la afirmación de un hecho? Y si el hecho es una mentira, ¿qué es entonces la verdad? ¿Quién está lleno de sentimientos que le arrastran y quién es la cobertura vacía de un frío cráneo? ¿Quién? ¿Qué es la verdad, Geralt? ¿En qué consiste la verdad?
Fuego eterno
Jaskier y Geralt se encuentran en una de las ciudades más grandes del mundo: Novigrado. Como los dos están sin dinero, buscando alguien que les preste un poco se encuentran con un conocido del trovador, el mediano (sí, un hobbit) llamado Dainty... solo que Dainty no es el mismo, sino un doppler, una criatura capaz de tomar la forma física y mental de aquel que quiera. Cuando aparece el verdadero mediano, la cosa se complica, y Geralt se ve metido en un enredo donde tal vez tenga que matar a un ser pensante, cuando el solo caza monstruos sin conciencia.
Les disteis —siguió el doppler, y adoptó la sonrisa descarada de Jaskier— una pequeña oportunidad de asimilarse a los enanos, medianos, gnomos, hasta a los elfos. ¿Por qué tengo yo que ser peor? ¿Por qué se me niega a mí ese derecho? ¿Qué tengo que hacer para poder vivir en esta ciudad? ¿Transformarme en una elfa de ojos grises, cabellos de seda y largas piernas? ¿Qué? ¿En qué es mejor esa elfa que yo? ¿En que a la vista de la elfa se os traban los pies y al verme a mí os dan arcadas? Meteos ese argumento donde os quepa

Un pequeño sacrificio
El brujo trata de hacer de intermediario entre un príncipe y una sirena. Sí, estamos ante la fábula de la sirenita, un poco cambiada.
Ya tengo la primera estrofa. En mi romance la sirena se sacrifica por el príncipe, cambia su cola de pez en hermosas piernas, pero a cambio pierde la voz. El príncipe la traiciona, la abandona y entonces ella muere de pena, se transforma en espuma del mar con los primeros rayos del sol...
—¿Quién puede creer tamaña tontería?
—No importa —resopló Jaskier—. Un romance no se escribe para que se crea en él. Se escribe para conmover con él.
Essi "Ojazos" Daven
Pero eso es solo el trasfondo de la verdadera historia. Geralt conoce a una amiga de Jaskier, también juglar. Su nombre es Essi Daven, apodada Ojazos. Una bella joven con una buena voz que comienza a despertar la pasión del Brujo, pero ella parece buscar algo más que una noche de pasión. Lástima que el corazón de Geralt esté en otra parte...
Siempre pensé que sería un hermoso y elevado estado del alma, noble y orgulloso, incluso si producía la infelicidad. ¿Acaso no he escrito tantos romances sobre algo así? Y resulta que esto es orgánico, Geralt, terrible y absolutamente orgánico. Así se siente alguien que está enfermo, que ha bebido veneno. Porque del mismo modo que alguien que haya bebido veneno se está dispuesto a todo a cambio del antídoto. A todo. Incluso a la humillación.

La espada del destino
El brujo debe llevar un mensaje a la reinda de las dríadas de Brokilón, un bosque al que ningún humano puede entrar. En el camino encuentra un grupo de humanos muertos y se entera que estaban siguiendo a una niña, una pequeña princesa. Aunque Geralt aún no lo sabe, esta pequeña tiene que ver con su pasado y su futuro.
Ni un paso más, humano, dicen este silbido y este golpe. Vete, humano, vete ahora mismo de Brokilón. Has conquistado todo el mundo, humano, estás por todos lados, a todos lados llevas contigo eso que denominas modernidad, era del cambio, eso que denominas progreso. Pero nosotras no te queremos aquí ni a ti ni a tu progreso. No queremos los cambios que nos traes. No queremos nada de lo que nos traes. Silbido y golpe. ¡Fuera de Brokilón!

Algo más
Geralt salva a un hombre en aprietos que había quedado atascado en un peligroso puente. Como pago pide "aquello que no esperas encontrar en tu casa", una vieja fórmula que usan los brujos para reclutar niños. Pero en el cumplimiento de su deber, nuestro héroe sufre una herida casi mortal, y para soportar el dolor bebe "alondra negra", un alucinógeno que le hará recordar momentos de su pasado. Esta herida parece cosa del destino, porque hace que el brujo se encuentre con alguien que ha esperado reencontrar toda su vida. También tomará conciencia de las muertes que deja detrás y la que lo espera delante.
—Proteger gentes, salvar sus vidas, ¿cosa mala o buena es, según vos? ¿Esos catorce, en el monte? ¿Vos, en aquel puente? ¿Cómo obrasteis, bien o mal?
—No sé —dijo Geralt con énfasis—. No sé, Yurga. A veces me parece que lo sé. Y de vez en cuando albergo mis dudas. ¿Querrías acaso que tu hijo tuviera tales dudas?
—Que las tenga —dijo serio el mercader—. Que las tuviera. Porque justo eso es cosa humana y buena.
—¿El qué?
—Las dudas. Sólo el Mal, don Geralt, nunca las tiene. Y a su destino nunca nadie escapa.

Opinión. Tres tristes tigres (o más)
Pensé que iba a encontrar algo del estilo del anterior libro. No me equivoqué del todo, pero se nota un progreso, un desarrollo, más tristeza y más dramatismo. Los problemas a los que se enfrenta Geralt lo tocan más internamente, y sacuden la visión que tiene de la vida, la muerte y el destino.
En contrapartida, es Jaskier que, a excepción de un par de momentos de iluminación, es una caricatura del típico juglar fiestero que en lo único que piensa es en tener alguien que le caliente la cama en cada pueblo.
La relación con Jennefer, ya sea por su presencia o ausencia, baña todo el libro. Es una relación dolorosa, donde dos personas se quieren muchísimo, pero no saben amar. Una historia triste, un libro triste, muchos finales tristes.
Debo confezar que lloré al final. Pero bueno, yo lloro con casi cualquier cosa.
Pero esas lágrimas valieron media estrella más en mi calificación.

Puntaje:


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